ARCHIVO DESPLEGABLE

martes, 23 de julio de 2013

La batalla final de la independencia Venezolana.

Almirante José Prudencio Padilla
La batalla de las armadas republicana y realista en el Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823, resultó en una acción definitiva en el proceso histórico de la Independencia; la escuadra republicana dirigida por el general José Prudencio Padilla, comandante del tercer departamento de Marina y de las operaciones navales sobre el Zulia, y la realista bajo las ordenes capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, comandante del apostadero de Puerto cabello y segundo jefe de la armada española sobre costa firme.
Almirante Angel Laborde y Navarro

La escuadra patriota estaba compuesta por los bergantines: Independiente, Marte, Fama, Confianza y Gran Bolívar; las goletas: Espartana, Independencia, Manuela, Chitty, Emprendedora, Aventina, Peacock, Antonia Manuela y Leona. Ademas del fuego de apoyo de 500 infantes a las ordenes del Gral. Manuel Manrique comandante de las fuerzas terrestres. En cuanto a las fuerzas realistas las mismas estaban conformadas por el bergantín San Carlos, los bergantines-goletas: Esperanza y Riego o Maratón; la goleta de gavias Especuladora; las de velacho: María Salvadora, Estrella, Cora, Mariana, Rayo, María Habanera y Zulia; las flecheras: Atrevida y Maracaibera; los pailebotes: Guajira y Monserrat, los faluchos: Resistencia, Mercedes, Brillante, Relámpago y Pedrito y las piraguas: Raya, Duende, Palomera, Esperanza, Félix María, Altagracia, San Francisco y Corbeta. 

Luego de haber tenido 3 encuentros parciales con la escuadra española, la armada republicana se apostó en el puerto de Moporo, allí pernotó la primera quincena de julio hasta que el comandante Laborde envió a Padilla un ultimatum que éste rechazó, los días subsiguientes transcurrieron en una febril actividad bélica, donde ambas partes se mantuvieron acondicionando sus buques, concentrando provisiones y coordinando sus tripulaciones con miras al combate.

La tarde del 23 de julio, la escuadra realista levó anclas y partió a la costa occidental del lago, quedando en línea de combate frente a Maracaibo, por su parte la armada republicana permaneció en la vela hasta el anochecer que fue a dar fondo en Los Puertos de Altagracia, quedando los buques patriotas en línea paralela frente a la costa oriental, avanzando las embarcaciones más ligeras denominadas fuerzas sutiles hasta Punta de Piedra.
Cañón Naval Obus de 12"

Al alba del 24 de julio, los comandantes de los buques republicanos fueron llamados por Padilla, dándoles las últimas instrucciones para el combate. Desplegada la escuadra patriota desde Capitán Chico hasta Bella Vista, frente a los cerros llamados "Valles Fríos".
Siendo las 2 de la tarde de aquel día se ordenó al comandante de las fuerzas sutiles compuestas por embarcaciones menores artilladas y flecheras, levar anclas y cubrir en combate a las embarcaciones realistas de su clase, en atención a que por su menor andar debía adelantarse; a las 2: 20 hicieron la señal de dar la vela y minutos después la de formar la línea de frente para atacar al mismo tiempo todos los buques enemigos.


Capitán de navio Nicolás Joly
Segundo al mando de los patriotas.
Los buques republicanos avanzaron con rapidez sobre la escuadra realista que se mantuvo anclada en espera del ataque; el ala sur de la escuadra la llevaba el general Padilla y el ala norte estaba a las órdenes del capitán del navío Nicolás Joly, cortando la retirada hacia la bahía.

A las 3:04 de aquella tarde, se colocaron las señales de abordar al adversario, dejándola izada, no obstante haber sido contestada por todos los buques, para manifestar con ello que ninguna cosa quedaba por hacer. A las 3:45 la flota realista abrió fuego sobre las escuadras patriotas, pero la escuadra republicana prosiguió avanzando sin disparar un tiro; hasta que estando cerca rompieron los fuegos de cañón y fusilería. Al romperse los baupreses, el bergantín Independiente, se echó sobre el bergantín San Carlos, y se dio comienzo al abordaje, ya en esta situación ventajosa se decidió la victoria en favor de los republicanos, no había nada que hacer por parte de los realistas.  


Como consecuencia del ataque patriota, fueron destruidos muchos buques realistas y capturados otros. En la más angustiosa situación los realistas picaron los cables y trataron de escapar haciéndose a la vela; pero fracasaron en su intento, pues sus buques mayores fueron hechos prisioneros. La mayor parte de la tripulación del San Carlos se arrojó al agua e igual suerte corrió la de los otros buques, excepto la del bergantín goleta Esperanza, que fue destruida por una explosión. En definitiva, sólo tres goletas lograron escapar y se pusieron al abrigo del castillo San Carlos.


Terminada la jornada el general Padilla ordenó que la escuadra diese fondo (anclas) allí donde había combatido; las pérdidas de los republicanos fueron de 8 oficiales y 36 individuos de tripulación y tropa muertos, 14 de los primeros y 150 de los segundos heridos y un oficial contuso, mientras que la de los realistas resultaron mayores, sin contar los 69 oficiales y 368 soldados y marineros que quedaron prisioneros. Dos horas de combate apercibieron al Capitan Genetal Morales para firmar la capitulación el 3 de agosto de 1823, entregando el resto de los buques de la armada española, la plaza de Maracaibo, el castillo San Carlos, el de San felipe y la fortaleza del Puerto (llamado despues El Libertador) en Puerto cabello y el día 5 partió rumbo a Puerto Rico.
Vista desde los cerros de El Milagro del encuentro naval el 24 de julio de 1823.

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