ARCHIVO DESPLEGABLE

viernes, 12 de julio de 2013

Ana María Campos.

Ana María de Campos y Cubillán de Fuentes  02/04/1796 - 17/10/1828, mejor conocida como Ana María Campos, natural de  La Villa Procera y levítica del Zulia, fue fundada el 8 de septiembre de 1529 como Villa de Altagracia por el alemán Ambrosio Alfinger, según lo declara oficialmente la academia de la Historia del Estado Zulia.

Hoy Los Puertos de Altagracia, en la costa oriental del Lago de Maracaibo, ubicada un poco más al norte que la ciudad de Maracaibo, durante la colonia muy pronto fue sitio de paso de viajeros, por lo cual su situación seguramente permitió a los habitantes de la Villa de Altagracia conocer diversos personajes y enterarse más pronto que en otros lugares de acontecimientos del antiguo y del nuevo mundo –como la situación de España por las pretensiones de Bonaparte, la independencia de Estados Unidos de Norte América, la revolución francesa, la lucha e independencia de Haití y los levantamientos ocurridos en Nueva Granada y Venezuela; igualmente facilitó el acceso a algunos periódicos y documentos, entre ellos los Derechos del Hombre y del Ciudadano, los cuales habían sido traducidos por el neogranadino Antonio Nariño, quien estuvo allí de paso hacia 1797, fugado de la prisión española a donde había sido confinado por sus actividades subversivas y de paso para Santa Fé de Bogotá.

Escudo Heráldico de la ciudad de Maracaibo, 
otorgado por el Rey de España Felipe IV 
como símbolo de honor y señorío 
por real cédula del 20 de junio de 1634
El texto "muy noble y leal"  
es el título otorgado a la ciudad de Maracaibo 
el 21 de marzo de 1813 por la Corte General 
y Extraordinaria de España en virtud de que la ciudad 
no se adhirió al movimiento independentista de 1810
en 1965, indican el año de su readaptación 
(hoy Alcladía del Municipio Maracaibo).
Los antecedentes de la lucha republicana en estas tierras de occidente, aprovechando el aislamiento geográfico de la región central de Venezuela y la disidencia republicana de los marabinos en favor de la corona española, ya lo refleja su escudo de armas del Cabildo “como muy noble y leal” respecto a las autoridades españolas, Maracaibo se convierte en pieza clave del sistema logístico de las fuerzas españolas con el apoyo de La Habana y San Juan de Puerto Rico. Es posible que el pueblo llano estuviera en franca y desafiante creencia en la libertad de Venezuela, esperando para actuar pero con escasas sublevaciones, además del intento de Francisco Javier Pirela y el levantamiento de la Escuela de Cristo, en la cual participaba el hermano de Ana María Campos.

Hija de don Domingo José de Campos y Perozo de Cervantes y doña María Ana Cubillán de Fuentes y Vera, partidaria desde muchacha de las ideas libertarias en contra la monarquía española, de familia aristocrática de la región zuliana, muy a pesar de poseer Ana María una educación tradicional de su época, donde las mujeres de clase se dedicaban a las labores de esposa, madre y a la iglesia, la heroína zuliana se destacó en los altos círculos sociales, Ana María, sin embargo era de un firme espíritu revolucionario de los escritos y pensamientos liberales del llamado ‘Siglo de las Luces’, militante de los principios de la igualdad, libertad y fraternidad que la inspirarían a resistir el contragolpe realista de los años 1821-1823. Durante la ocupación realista del Lago de Maracaibo  por el temido Mariscal de Campo Español, Francisco Tomás Morales, quien al oír de sus actividades revolucionarias la mandaría a detener en el año 1822. Ana María fue acusada de haber organizado numerosas reuniones clandestinas de carácter republicano, y de habérsela oído decir durante una de ellas, "Si Morales no capitula, monda" – monda- que en el dialecto castizo marabino quiere decir: …se cansa en su afán, en su empeño… -Si no se rinde, se quedará cansado en su afán- Ese era el mensaje de la prócer zuliana Ana María Campos.

Conducida ante Morales e interrogada personalmente por el oficial Español, Campos le confiesa haber sido la autora de dicha afirmación, que ya se había convertido en dicho popular muy repetido por las calles de Maracaibo, y al negarse a presentar disculpas estas fueron sus palabras:

«He dicho, señor, que dada la justicia de los patriotas americanos, los poderosos recursos con que cuentan, la actitud imponente del intrépido Padilla y el cerco de acero que por doquier os amenaza, si Usía no capitula, monda… los patriotas son ya vencedores en toda Venezuela y dentro de muy poco lo serán en Maracaibo, por agua y por tierra».

Morales la condena a ser flagelada públicamente siendo conducida descamisada por las calles de Maracaibo a espaldas de un burro - en vez de a caballo, como señal de oprobio. Este suplicio fue acompañado por los latigazos del verdugo Valentín Aguirre, quien después de cada azote le preguntaba si quería disculparse a Morales, a lo que la valerosa altagraciana respondía en alto, “Morales, si no capitula, monda”, vapuleada públicamente y semidesnuda por las calles de Maracaibo, el 18 de junio de 1823, seguida por un par de soldados españoles, hasta que cayó exánime y fue conducida a prisión; según la costumbre de la época, estos castigos eran públicos, para que cumplieran su papel de escarmiento o de lección ejemplarizante, que atemorizara a potenciales seguidores.

La costumbre de las autoridades de la monarquía española de aplicar latigazos, estaba destinada a las mujeres, para los hombres estaba reservada la ejecución sumaria sin juicio, y la no menos tormentosa y convincente desmembración y fritura de cabeza en aceite, para evitar el riesgo de una nueva propagación de las ideas libertarias.

Ana María soportó el martirio bravamente, lamentablemente el deterioro ocasionado a su cuerpo le costó la vida, muere a sus treinta y dos años de edad, no sin antes contemplar la victoriosa Batalla Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823,  la cual selló la independencia de la Provincia de Maracaibo y que obligó a Morales a la capitulación, colmando sus aspiraciones de libertad de su terruño.


José Luis Reyes Montiel.


Bibliografía consultada,
  • Langue, Frédérique (2000). ARISTOCRÁTAS, HONOR, Y SUBVERSIÓN EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XVIII. Caracas: Academia Nacional de la Historia. Wikipedia, Enciclopedia Libre.
  • Nagel von Jess, Kurt (1969). ALGUNAS FAMILIAS MARACAIBERAS. Maracaibo: La Universidad del Zulia. Wikipedia, Enciclopedia Libre.
  • Oldenburg, Christian (1970) La Villa Altagraciana y su comarca. Distrito Miranda, estado Zulia, República de Venezuela. Diversa relación correspondiente a 470 años, desde 1499 hasta 1969.
  • Martínez, María de Jesús “Jesusita” (1970-1976). SUS CHARLAS DE HISTORIA, CUENTOS y TRADICIONES DEL ZULIA. Maracaibo: Colegio San Vicente de Paúl.



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