La
Batalla de Juana de Ávila.
La declaración de Maracaibo en favor de la Republica, el 28 de Enero de 1821, fue tomado por el Capitán General Miguel de La Torre, como una violación al Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra celebrado en Santa Ana de Trujillo el año de 1820; Bolívar, por su parte consideró que se había procedido según los principios del derecho, y en consecuencia era legitima la proclamación de adhesión a la República de la ciudad de Maracaibo
Los
militares españoles, habían mordido el anzuelo, pues se estaban reservando la
cuenca geográfica del Lago de Maracaibo y Falcón, como sitios estratégicos de
fácil acceso marítimo para futuras expediciones militares realistas de
reconquista de territorio nacional, que bien pudieran venir tanto de la
metrópoli ibérica como de Cuba y Puerto Rico.
Como
corolario era inminente y necesario para los patriotas reiniciar la guerra,
para evitar el eventual fortalecimiento de las tropas realistas, allende
occidente, sometidas como estaban al poder monárquico. De hecho, el pronunciamiento de Maracaibo,
desahucio el armisticio y reanudo las hostilidades entre patriotas y realistas,
que victoriosamente concluyeron en la
Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, donde el Libertador Simón Bolívar
venció al Capitán General Miguel de la Torre y al grueso del ejército realista
expedicionario que trajo el Gral. Pablo Morillo en 1815.
Morales
ordena enviar a la ciudad de Maracaibo, dos columnas de tropas, comandadas por
el Coronel Lorenzo Morillo y el Capitán Juan Ballesteros, mientras él se hace
fuerte en Altagracia a la espera de las resultas de la operación militar sobre
Maracaibo, para embarcarse con el grueso de sus fuerzas militares sobre la
capital zuliana.
Almirante Lino de Clemente |
La
otra columna española se desplegó en tierra por el hato de La Hoyada, el
Capitán Juan Ballesteros, busca el lugar propicio para plantar combate y en
este empeño penetra monte adentro hasta llegar al hato de Juana de Ávila,
colocando a sus tropas en las mejores posiciones, parapetados detrás de cercas
de Curarire a pique, y de enormes piedras de ojo.
Timbre postal con la esfinge del mártir de Juana de Avila. José Rafael de las Heras. |
Figuración gráfica de la Batalla de Juana de Avila |
Como
recuerdo de esta gloriosa Batalla de Juana de Ávila, ganada por los patriotas
el 24 de abril de 1822, se colocó entre rejas decorativas, una dedicatoria
escrita sobre mármol blanco sobre un enorme pedestal labrado en piedra de ojo,
por los fondos de la Facultad de Ingeniería de nuestra Alma Mater y dice “A los
valientes soldados muertos en este glorioso campo de Juana de Ávila el 24 de
Abril de 1822. Homenaje de admiración que les tributa la Junta Central del
Distrito en el primer centenario del Gral. Rafael Urdaneta, 24 de Octubre de
1888”. Por lo que este monumento tiene allí 125 años. El hato originalmente era
de un señor llamado José Joaquín de Ávila, quien le cambió el nombre al antiguo
hato de El Caujaro a Juana de Ávila en honor a su esposa.
EL
CORONEL CARLOS LUIS CASTELLI
Y
SU DERROTA EN "EL PASO DE ZULETA, 1822.
Quedamos que el Mariscal de Capo, Francisco Tomás
Morales, con vista del fracaso de sus
incursiones armadas planificadas desde su cuartel general en La Villa de
Altagracia, ejecutadas por el capitán coriano Juan Ballesteros vencido al
presentar batalla en el hato “Juana de Ávila” por el Coronel José Rafael de las
Heras, muerto en este último combate; y el teniente coronel realista Lorenzo
Morillo, que después de ser atacado por el coronel patriota Francisco María
Farías en Las Misiones de la Cañada del Manglar, se refugia en Perijá; Morales
inició nuevamente sus acciones con miras a reconquistar la provincia de
Maracaibo, plegada a la causa independentista desde su pronunciamiento el 28 de
Enero de 1821.
Favorecido Morales por el hecho de que las tropas
republicanas se encontraban en su mayoría hacia el centro del país y después de
vencer sorpresivamente en Dabajuro a la División de Occidente al mando del
general Carlos Soublette, y al Batallón “Boyacá” comandado por el general Judas
Tadeo Piñango; Morales, con un ejército desmoralizado por las deserciones,
diezmado por las enfermedades y severamente afectado por los embates de las
tropas del general José Antonio Páez se dirigió Morales hacia Puerto Cabello,
donde se embarca una vez obtenidos suficientes pertrechos y hombres el 24 de
Agosto de 1822 con rumbo a la Península de la Guajira, después que el mariscal
Miguel de la Torre, se marcha a transferido a la isla de Puerto Rico,
haciéndole del mando como Capitán General y Comandante del ejército realista en
tierra firme venezolana.
Desembarco de Morales en las playas de Cojoro Guajira Venezolana. |
Por su parte, el coronel patriota Francisco María Farías al mando del escaso ejército republicano acantonado en la antes mencionada Villa de Sinamaica, dispuso la colocación de avanzadas en sus riberas con el objetivo de dar avisos oportunos sobre los movimientos del enemigo así como tiempo para que cuatro piraguas artilladas ocuparan posiciones en el estuario y en una acción conjunta impidiesen su avance hasta tanto llegaran tropas para enfrentar al jefe realista.
Coronel Carlos Luis Castelli. |
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Es de notar las importantes relaciones y responsabilidades que Castelli a lo largo de su vida castrense desempeñó en nuestra región desde su campaña emancipadora hasta las postrimerías del gobierno de Los Monagas. Entre estas tenemos además de las acciones libradas en el paso de Zuleta, las ejecutadas en el puerto de Gibraltar como jefe de las acciones durante la batalla naval del Lago de Maracaibo al mando del Batallón “Caracas” y las que ejerció posteriormente como Comandante de las fortificaciones de la barra en 1824, Intendente interino del departamento del Zulia en sustitución del general Rafael Urdaneta en 1827 y seguidamente como administrador de la aduana de Maracaibo hasta 1828 cuando es designado gobernador y comandante de armas de la provincia de Coro.
Es de notar las importantes relaciones y responsabilidades que Castelli a lo largo de su vida castrense desempeñó en nuestra región desde su campaña emancipadora hasta las postrimerías del gobierno de Los Monagas. Entre estas tenemos además de las acciones libradas en el paso de Zuleta, las ejecutadas en el puerto de Gibraltar como jefe de las acciones durante la batalla naval del Lago de Maracaibo al mando del Batallón “Caracas” y las que ejerció posteriormente como Comandante de las fortificaciones de la barra en 1824, Intendente interino del departamento del Zulia en sustitución del general Rafael Urdaneta en 1827 y seguidamente como administrador de la aduana de Maracaibo hasta 1828 cuando es designado gobernador y comandante de armas de la provincia de Coro.
Después de una dilatada ausencia regresó al Zulia en 1845 con el nombramiento de Jefe de Operaciones de la Plaza de Maracaibo hasta 1848, cuando bajo las órdenes del general Santiago Mariño emprende la campaña de pacificación de ésta provincia una vez que desconoció e insurgió en armas contra el gobierno del general José Tadeo Monagas, campaña cuyas acciones lo llevan tras una nueva y prolongada estadía en los caños del río Limón, que afectó severamente su estado de salud, en convertirse por nombramiento del general Mariño en gobernador y jefe de operaciones de esta provincia, una vez que logró imponerse y ser declarado “Triunfador y salvador de Maracaibo”, obteniendo además su ascenso a general de división y la más alta responsabilidad en el ministerio de Guerra y Marina.
Cañoneras del Coronel Francisco María Farias. |
Enterado de que tanto las avanzadas como las embarcaciones artilladas habían abandonado el río y que el enemigo lo estaba atravesando sin obstáculo, el coronel Carlos Luis Castelli consciente de la desventaja de sus tropas las que alcanzaban unos 500 soldados y del poco tiempo disponible para llevar a cabo alguna acción efectiva, emprendió de la forma más rápida posible su marcha hacia Puerto de Mono, al que llegó bajo una intensa lluvia en la madrugada del 4 de septiembre de 1822.
Abriéndose camino entre la espesa selva tropical el coronel Carlos Luis Castelli avanzó con sus hombres exhaustos por la intensa marcha, en medio de la oscuridad, la lluvia, la plaga y los tropiezos que ofrecía el terreno anegadizo y pantanoso de los densos manglares que circundaban el río Limón, y aunque tácticamente las únicas y mejores posiciones que debían tomar las tropas republicanas estaban lógicamente en la margen de aquel río, específicamente en su paso principal, el referido Paso de Zuleta, rodeado de Manglares como estaba, las que hacían imposible que Morales por su poca movilidad, les derrotara aun siendo débil y corta la defensa, el coronel Castelli dió a sus hombres la orden de atacar al enemigo cuando apenas logre divisarlo, con la desventaja de ignorar las posiciones que a su vez los invasores habían tomado en la rivera los que para la hora de su llegada eran superiores numéricamente.
Sitio del Paso de Zuleta en las riberas del Río Limón. |
En un primer momento y en medio de una gran confusión el coronel Carlos Luis Castelli con sus tropas hizo retroceder al enemigo y reducirlo a los manglares, pero Morales con fuerzas superiores en número, animadas con una victoria, prestas en el caso de morir o vencer y además conducidas por un gran número de bravos oficiales logró imponerse haciendo desistir al jefe patriota que carente de municiones debió retirarse a las dos horas de presentar batalla e iniciarse el intenso tiroteo.
Pese a la derrota, el coronel Carlos Luis Castelli, se retira con sus tropas sobrevivientes a “Salina Rica”, sitio ubicado entre El Moján y Maracaibo, donde con refuerzos de las pocas tropas del general Lino de Clemente, intentan junto a éste impedir el avance de la marcha de Morales y sus realistas, pero tras el fracaso de sus acciones en “El Paso de Zuleta” la ocupación del invasor era ya un hecho inevitable.
Castillo de San Carlos de la Barra de Maracaibo. |
Batalla
de Salina Rica.
Combate desarrollado en plena salina, un poco mas lejos del Caño de Cabeza de Toro. |
La
derrota en Carabobo, el 24 de junio de 1821, diezmó las fuerzas realistas,
quedando reducidos a las plazas fuertes de Cumana y Puerto Cabello, la primera
cayo rápidamente pero desde la segunda, considerando las fortalezas que
circundan la ciudad de Puerto Cabello allí los realistas se hicieron fuertes y
Francisco Tomás Morales zarpo dos veces a intentar tomar la ciudad de
Maracaibo. La primera fue derrotado en Juana de Ávila y el segundo intento
comienza el 24 de agosto de 1822, en un audaz movimiento militar invadirá por la
Guajira, Morales con 1.200 hombres desembarca en Cojoro, recluta todos
los hombres de la región que pudo (nativos wayuu) y avanza sobre Maracaibo.
El 2 de septiembre toma Sinamaica y el día 7 se enfrenta
con el intendente del Zulia Lino de Clemente en el lugar llamado Salina
Rica (un poco más o menos a la altura del sector Cabeza de Toro al
norte de Maracaibo) venciendo a los patriotas quedando el paso libre a
Maracaibo.
Batalla
de Garabuya.
Mapa de 1829. |
Bibliografia consultada.
Pablo Nigal Palmar Paz. Cronista del Municipio Almirante Padilla.
(Discurso ante la Academia de Historia del Zulia).
Vinicio Nava Urribarí. Batalla de Juana de Avila (Versión para imprimir,
Web).
Batallas de Venezuela 1810-1824, Edgar Estévez González, Los Libros de
El Nacional, editorial CEC, S.A.
Enciclopedia Wikipedia. José Luis Reyes Montiel.
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