ARCHIVO DESPLEGABLE

martes, 23 de julio de 2013

La batalla final de la independencia Venezolana.

Almirante José Prudencio Padilla
La batalla de las armadas republicana y realista en el Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823, resultó en una acción definitiva en el proceso histórico de la Independencia; la escuadra republicana dirigida por el general José Prudencio Padilla, comandante del tercer departamento de Marina y de las operaciones navales sobre el Zulia, y la realista bajo las ordenes capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, comandante del apostadero de Puerto cabello y segundo jefe de la armada española sobre costa firme.
Almirante Angel Laborde y Navarro

La escuadra patriota estaba compuesta por los bergantines: Independiente, Marte, Fama, Confianza y Gran Bolívar; las goletas: Espartana, Independencia, Manuela, Chitty, Emprendedora, Aventina, Peacock, Antonia Manuela y Leona. Ademas del fuego de apoyo de 500 infantes a las ordenes del Gral. Manuel Manrique comandante de las fuerzas terrestres. En cuanto a las fuerzas realistas las mismas estaban conformadas por el bergantín San Carlos, los bergantines-goletas: Esperanza y Riego o Maratón; la goleta de gavias Especuladora; las de velacho: María Salvadora, Estrella, Cora, Mariana, Rayo, María Habanera y Zulia; las flecheras: Atrevida y Maracaibera; los pailebotes: Guajira y Monserrat, los faluchos: Resistencia, Mercedes, Brillante, Relámpago y Pedrito y las piraguas: Raya, Duende, Palomera, Esperanza, Félix María, Altagracia, San Francisco y Corbeta. 

Luego de haber tenido 3 encuentros parciales con la escuadra española, la armada republicana se apostó en el puerto de Moporo, allí pernotó la primera quincena de julio hasta que el comandante Laborde envió a Padilla un ultimatum que éste rechazó, los días subsiguientes transcurrieron en una febril actividad bélica, donde ambas partes se mantuvieron acondicionando sus buques, concentrando provisiones y coordinando sus tripulaciones con miras al combate.

La tarde del 23 de julio, la escuadra realista levó anclas y partió a la costa occidental del lago, quedando en línea de combate frente a Maracaibo, por su parte la armada republicana permaneció en la vela hasta el anochecer que fue a dar fondo en Los Puertos de Altagracia, quedando los buques patriotas en línea paralela frente a la costa oriental, avanzando las embarcaciones más ligeras denominadas fuerzas sutiles hasta Punta de Piedra.
Cañón Naval Obus de 12"

Al alba del 24 de julio, los comandantes de los buques republicanos fueron llamados por Padilla, dándoles las últimas instrucciones para el combate. Desplegada la escuadra patriota desde Capitán Chico hasta Bella Vista, frente a los cerros llamados "Valles Fríos".
Siendo las 2 de la tarde de aquel día se ordenó al comandante de las fuerzas sutiles compuestas por embarcaciones menores artilladas y flecheras, levar anclas y cubrir en combate a las embarcaciones realistas de su clase, en atención a que por su menor andar debía adelantarse; a las 2: 20 hicieron la señal de dar la vela y minutos después la de formar la línea de frente para atacar al mismo tiempo todos los buques enemigos.


Capitán de navio Nicolás Joly
Segundo al mando de los patriotas.
Los buques republicanos avanzaron con rapidez sobre la escuadra realista que se mantuvo anclada en espera del ataque; el ala sur de la escuadra la llevaba el general Padilla y el ala norte estaba a las órdenes del capitán del navío Nicolás Joly, cortando la retirada hacia la bahía.

A las 3:04 de aquella tarde, se colocaron las señales de abordar al adversario, dejándola izada, no obstante haber sido contestada por todos los buques, para manifestar con ello que ninguna cosa quedaba por hacer. A las 3:45 la flota realista abrió fuego sobre las escuadras patriotas, pero la escuadra republicana prosiguió avanzando sin disparar un tiro; hasta que estando cerca rompieron los fuegos de cañón y fusilería. Al romperse los baupreses, el bergantín Independiente, se echó sobre el bergantín San Carlos, y se dio comienzo al abordaje, ya en esta situación ventajosa se decidió la victoria en favor de los republicanos, no había nada que hacer por parte de los realistas.  


Como consecuencia del ataque patriota, fueron destruidos muchos buques realistas y capturados otros. En la más angustiosa situación los realistas picaron los cables y trataron de escapar haciéndose a la vela; pero fracasaron en su intento, pues sus buques mayores fueron hechos prisioneros. La mayor parte de la tripulación del San Carlos se arrojó al agua e igual suerte corrió la de los otros buques, excepto la del bergantín goleta Esperanza, que fue destruida por una explosión. En definitiva, sólo tres goletas lograron escapar y se pusieron al abrigo del castillo San Carlos.


Terminada la jornada el general Padilla ordenó que la escuadra diese fondo (anclas) allí donde había combatido; las pérdidas de los republicanos fueron de 8 oficiales y 36 individuos de tripulación y tropa muertos, 14 de los primeros y 150 de los segundos heridos y un oficial contuso, mientras que la de los realistas resultaron mayores, sin contar los 69 oficiales y 368 soldados y marineros que quedaron prisioneros. Dos horas de combate apercibieron al Capitan Genetal Morales para firmar la capitulación el 3 de agosto de 1823, entregando el resto de los buques de la armada española, la plaza de Maracaibo, el castillo San Carlos, el de San felipe y la fortaleza del Puerto (llamado despues El Libertador) en Puerto cabello y el día 5 partió rumbo a Puerto Rico.
Vista desde los cerros de El Milagro del encuentro naval el 24 de julio de 1823.

domingo, 21 de julio de 2013

Coronel Carlos Luis Castelli.

Nació en San Sebastiano Po (Turín, Italia) el 18 de diciembre de 1790. Era hijo del médico Giovanni Castelli y de Rosalía Gofi. Durante su tierna edad formó parte de la Guardia Joven del emperador Napoleón Bonaparte.
Ilustre prócer de la independencia, de origen italiano. Después de servir en la guardia joven del Emperador Napoleón I, a su caída (1815) pasó a América, con otros oficiales y en 1816 se unió al Libertador en Los Cayos de Haití. Con él estuvo en la ruta de Clarines en los triunfos de Barcelona y toma de las dos Guayanas (1817), apresando un bergantín y auxiliando en Guiria a los sitiados.
Pasó a las Antillas y en 1818 regresó a Angostura, esta vez en compañía del Batallón Británico. Como capitán de una compañía, fogueó reclutas en las misiones y en 1819 se halló con el General Páez en La Cruz, como también en Portuguesa, Apurito y Barinas. Ascendió en 1820 a teniente coronel y recibió la condecoración de la Estrella de los Libertadores. Dirigió fortificaciones en san Fernando y en 1821 formando parte del Batallón apure, fue de los gloriosos vencedores de Carabobo, pasando luego con fuerzas al sitio de puerto Cabello y a San Felipe como Jefe civil y Militar.
Con Carlos Núñez triunfó en Chaparé de Coro en 1822. sostuvo la ruta de Dabajuro y le fue hecho efectivo su grado de teniente coronel. En la Campaña de Maracaibo lo derrotó Morales en Zuleta, y en la ruta sufrida en Salina Rica por Lino de Clemente supo conservar su cuerpo. Pasó a Mérida de Gobernador, y en 1823, con sus fuerzas organizadas derrotó a Morales en Gibraltar (parte S. del Lago de Maracaibo).
Fue Jefe de la Barra hasta 1827, que sustituyó a Urdaneta en la intendencia del Zulia y luego Administrador de la aduana y Gobernador de coro. A consecuencia de los tristes sucesos de 1828, pasó a Bogotá en 1829 con O´Leary contra el desgraciado republicano Córdova. Ascendió a Coronel efectivo y en 1830 defendió la dictadura de Urdaneta pasando con fuerzas a Antioquia. Nombrado General de Brigada, fue perseguido por Ovando en 1831. Regresó a Venezuela en 1832 y obtuvo letras de retiro como Coronel. En 1841, pasó a Italia, su patria nativa, en asuntos de inmigración.
Fue nombrado para Cónsul del Reino de Cerdeña bajo el gobierno del Rey Carlos Alberto de Saboya (1844) con jurisdicción el territorio de Venezuela y defendió el cogobierno de José Tadeo Monagas en 1848. Ascendió a General de División en 1849, fue Secretario del Despacho de Guerra y Marina en 1851, cargo al que renunció en 1852. Después de ser Ministro Plenipotenciario en Bogotá, en 1855, fue de nuevo Secretario de guerra y Marina en 1856 y 1857. Y Jefe de Operaciones sobre los Valles de Aragua a principios de 1858.
Durante la guerra emancipadora había sido herido varias veces y continuó residenciado en caracas, donde murió en 1860. El gobierno de guzmán Blanco (período del Septenio), hizo trasladar sus restos al Panteón Nacional en 1876.

Tomada del blog de la Muncipalidad de Almirante Padilla.

Capitán de navío Nicolás Joly.

Militar francés, incorporado a la armada patriota en el año 1818 a instancias del Almirante Curazoleño Luis Brion e inmediatamente entra en acción apresando numerosos buques españoles en aguas territoriales entre La Guaira y la isla de Margarita.

Reorganizada la Escuadra patriota se divide en tres divisiones identificándoseles con los colores encarnados, azules y amarillos, a Joly se le confía el mando de la última. Y se le comisiona en misión diplomática a llevar  pliegos del gobierno patriota a los Gobernadores de las islas de San Bartolomé, San Eustaquio, San Martín, y otras Antillas. A su regreso apresa la fragata negrera Carlota, el bergantín San José y una polacra.

En Margarita contrae matrimonio con la hermana del general Juan Bautista Arismendi, Ana Josefa y en carta al Libertador Simón Bolívar plasma el siguiente compromiso: Isla de Margarita, 29 de diciembre de 1818. Exmo. Sr. Jefe Supremo Mi más venerado señor: …los motivos de desconfianza que debe tener el Gobierno de Venezuela por los repetidos atentados cometidos por varios extranjeros, me han hecho contraer esponsales con la ciudadana Ana Josefa Arismendi, para de ese modo manifestar más de cerca a V.E. y al pueblo de su mando los deseos que me animan para establecerme en estas Provincias, y de que en ella se me considere no ya como un (omisos)… los motivos de desconfianza que debe tener el Gobierno de Venezuela por los repetidos atentados cometidos por varios extranjeros, me han hecho contraer esponsales con la ciudadana Ana Josefa Arismendi, para de ese modo manifestar más de cerca a V.E. y al pueblo de su mando los deseos que me animan para establecerme en estas Provincias, y de que en ella se me considere no ya como un extranjero, sino como uno de sus primeros hijos. V.E. puede estar convencido de ésta verdad y de que no habrá sacrificio que yo no haga para merecer tan honroso apellido y la confianza de mis conciudadanos. Bajo este concepto ofrezco, pues, de nuevo a V.E. y a la Nación no solo mi persona, sino mi familia, intereses y cuanto dependa de mi. Sírvase V.E. en consecuencia admitirme y contarme desde ahora como un hijo de Venezuela,…

A ésta solicitud Bolívar le responde: Angostura 20 de febrero de 1819  Al señor Capitán de Navío Nicolás Joly. … Persuádase usted que no habrá venezolano alguno que deje de felicitarse por la adquisición que hace en la persona de usted en un hermano que contribuirá obre los términos que anuncia a expulsar al enemigo de la patria, al paso de consolidar los fundamentos de su libertad.

En 1820, Bolívar dispone que el bergantín de guerra Almirante Brión al mando de Nicolás Joly sea destinado para perseguir los buques realistas en alta mar. En 1823 se incorpora a la Escuadra comandada por el Almirante José Prudencio Padilla, participó en el Forzamiento de la Barra de Maracaibo y en la memorable Batalla Naval del Lago del 24 de julio al mando del bergantín Marte. En 1832 se desempeña como Comandante del Apostadero de Puerto Cabello. En 1840, asume la Comandancia del Apostadero de Maracaibo hasta 1845, que pasa a retiro. Fallece en 1848 en la isla de Lázaro, Edo. Zulia.

Bibliografia consultada.

Armada bolivariana,  comando naval de operaciones, jefatura de comunicación y control operacional, dirección de tecnología de la información 

General Manuel Manrique.

Comandante de las
fuerzas terrestres embarcadas en los
buques republicanos. 
Con 16 años apenas cumplidos Manrique se alista en la 11° Compañía del Batallón de Veteranos de Caracas con el grado de cadete a raíz de los sucesos del 19 de abril de 1810. Combate al lado de Francisco de Miranda, luego se une al ejército libertador en 1813 en la campaña admirable. Combate en Los Llanos con el Gral. Páez. Participa en la liberación de Nueva Granada, combate también en Carabobo.

Páez se expresó de Manrique en estos términos: “Atendiendo a los méritos y servicios del Señor Coronel Manuel Manrique, además de la mucha antigüedad del actual empleo en que ha servido diversos e importantes destinos, siempre en campaña, con las consideraciones debidas a su buena conducta militar, en que ha dado pruebas de valor, aptitud y capacidad para un destino más elevado”.

También Bolívar en ese entonces en el Pasto en la campaña del sur se acuerda de Manrique para recomendar su ascenso y dirige las siguientes palabras a Santander.  "Manrique debe estar muy sentido conmigo porque hemos hecho muchos generales sin contar con él. Creo que se merece ser General tanto como otros de los que yo mismo he hecho. Le suplico a Ud., lo proponga al Congreso y que le diga a Manrique mi recomendación..."

Casa en Maracaibo donde se firmó la
Capitulación. 
Maracaibo, ya en manos de los realistas, el 29 de enero de 1823 es nombrado intendente del Departamento del Zulia, dirigiendo personalmente la campaña militar contra el realista Francisco Tomás Morales,  la cual culmina exitosamente en la batalla naval del lago; embarcándose en los buques del Almirante José Prudencio Padilla, para dar apoyo de fuego con sus fuerzas terrestres. El 3 de agosto de 1823 Morales capituló en Maracaibo ante el general Manrique y se marchó a Cuba, desde donde prosiguió hacia España. Con su capitulación, Morales se convirtió oficialmente en la última autoridad de gobierno al servicio de la corona española en Venezuela. Sólo entonces con la liberación de la provincia bajo su mando Manrique acepta el rango de general de brigada.

El general Manuel Manrique actúa entonces como intendente del Departamento del Zulia, hasta que en noviembre de 1823 enferma repentinamente y murió el 30 del mismo mes luego de haber recibido la orden de los Libertadores de Venezuela, sus restos reposan desde entonces en la catedral de Maracaibo siendo considerado un prócer Zuliano, en agradecimiento a sus servicios a dicha región.

Bibliografia.

Wikipedia. 

sábado, 20 de julio de 2013

Preámbulo Bélico a la Batalla Naval del Lago de Maracaibo.

La Batalla de Juana de Ávila.


La declaración de Maracaibo en favor de la Republica, el 28 de Enero de 1821, fue tomado por el Capitán General Miguel de La Torre, como una violación al Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra celebrado en Santa Ana de Trujillo el año de 1820; Bolívar, por su parte consideró que se había procedido según los principios del derecho, y en consecuencia era legitima la proclamación de adhesión a la República de la ciudad de Maracaibo

Los militares españoles, habían mordido el anzuelo, pues se estaban reservando la cuenca geográfica del Lago de Maracaibo y Falcón, como sitios estratégicos de fácil acceso marítimo para futuras expediciones militares realistas de reconquista de territorio nacional, que bien pudieran venir tanto de la metrópoli ibérica como de Cuba y Puerto Rico.

Como corolario era inminente y necesario para los patriotas reiniciar la guerra, para evitar el eventual fortalecimiento de las tropas realistas, allende occidente, sometidas como estaban al poder monárquico.  De hecho, el pronunciamiento de Maracaibo, desahucio el armisticio y reanudo las hostilidades entre patriotas y realistas, que victoriosamente concluyeron  en la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821, donde el Libertador Simón Bolívar venció al Capitán General Miguel de la Torre y al grueso del ejército realista expedicionario que trajo el Gral. Pablo Morillo en 1815.

La Torre y su Estado Mayor y el batallón Valencey, se repliegan hacía la fortaleza de Puerto Cabello, por su parte, el General realista Francisco Tomás Morales, entre enero y marzo de 1822, tome la ciudad de Coro y la Villa de Altagracia, y la Villa de Santa Rita. Avanzaron luego los realistas sobre las poblaciones de Cabimas y Lagunillas, apoderándose de naves, vituallas y pertrechos, con las que pronto regresaron a los poblados del Norte.

Morales ordena enviar a la ciudad de Maracaibo, dos columnas de tropas, comandadas por el Coronel Lorenzo Morillo y el Capitán Juan Ballesteros, mientras él se hace fuerte en Altagracia a la espera de las resultas de la operación militar sobre Maracaibo, para embarcarse con el grueso de sus fuerzas militares sobre la capital zuliana.


Almirante Lino de Clemente
El almirante patriota Lino de Clemente, despliega sus soldados hacia la Cañada del Manglar; empero, cuando comienza el desembarco de Lorenzo Morillo, recibe la noticia de una invasión semejante por Bellavista. Entonces, ordena al Coronel José Rafael de las Heras (Cubano de nacimiento pero criado en Maracaibo, quién ya se había distinguido al servicio de Bolívar), ir con el batallón Maracaibo a hacerle frente. Mientras tanto, recrudece el combate en la cañada del Manglar, los realistas logran desembarcar pero son vencidos  y se retiran en desbandada hacia Perijá.

La otra columna española se desplegó en tierra por el hato de La Hoyada, el Capitán Juan Ballesteros, busca el lugar propicio para plantar combate y en este empeño penetra monte adentro hasta llegar al hato de Juana de Ávila, colocando a sus tropas en las mejores posiciones, parapetados detrás de cercas de Curarire a pique, y de enormes piedras de ojo.

Timbre postal con la esfinge
del mártir de Juana de Avila.
José Rafael de las Heras.
El comandante patriota de Las Heras ubica las posiciones enemigas, y ordena la carga a la batalla con un formidable asalto, las tropas del imperio español, se comportan con la mayor bravura sin poder si quiera disparar sus cañones, y a cambio, hacen cerradas descargas de fusilería. Las detonaciones en medio de una densa nube de humo y polvo, dan paso a los golpes secos y chirridos de bayonetas, sables y cuchillos. Ballesteros se crece en audacia y resiste temerariamente el masivo y certero ataque de los patriotas, en un sangriento combate en la infantería y caballería pelean en muy poco espacio, levantando demasiada arena y creando terrible confusión, la batalla del Hato Juana de Ávila comenzó a las tres de la tarde y transcurrida media hora, los frentes no cedían terreno, en una segunda etapa de la contienda, Heras, espada en mano se aparta, toma distancia y se lanza montado sobre su brioso equino, señalando hacia donde está el comandante realista, pretende concentrar el ataque sobre el punto de mayor poder de fuego, pero su caballo cae en una trinchera, causa de que el bizarro prócer saliera proyectado contra una gigantesca piedra, inmolando allí mismo su vida.

Figuración gráfica de la Batalla de Juana de Avila
Los Oficiales que acompañan a Heras, van sucesivamente ocupando la línea de mando de quienes caen muertos o heridos. Manuel León, fue sustituido por Paredes y éste por Ochoa, etc. En estas circunstancias es cuando los Sargentos Carlos, Bruno y Fermín Mas y Rubí, comandando sus compañías, cumplen con ejemplar heroísmo la última orden de su comandante que acaba de morir delante de ellos; y convertidos en titanes arrasan con su denodado esfuerzo al resto de las tropas realistas, arrollando y envolviendo a sus contrarios, entre quienes se halla el mismo Capitán realista Ballesteros, herido de muerte, mientras sus hombres unos huyen y otros se rinden a los patriotas; Francisco Tomás Morales al tener conocimiento de la derrota de su ejército en Maracaibo, se regresó a Puerto Cabello a llevar las malas noticias a La Torre, quien lo esperaba para hacerle entrega del cargo de Capitán General de España en Venezuela, pues según trascendió, él no quería ser el sepulturero del Imperio español.

Como recuerdo de esta gloriosa Batalla de Juana de Ávila, ganada por los patriotas el 24 de abril de 1822, se colocó entre rejas decorativas, una dedicatoria escrita sobre mármol blanco sobre un enorme pedestal labrado en piedra de ojo, por los fondos de la Facultad de Ingeniería de nuestra Alma Mater y dice “A los valientes soldados muertos en este glorioso campo de Juana de Ávila el 24 de Abril de 1822. Homenaje de admiración que les tributa la Junta Central del Distrito en el primer centenario del Gral. Rafael Urdaneta, 24 de Octubre de 1888”. Por lo que este monumento tiene allí 125 años. El hato originalmente era de un señor llamado José Joaquín de Ávila, quien le cambió el nombre al antiguo hato de El Caujaro a Juana de Ávila en honor a su esposa.

EL CORONEL CARLOS LUIS CASTELLI
Y SU DERROTA EN "EL PASO DE ZULETA, 1822.

Quedamos que el Mariscal de Capo, Francisco Tomás Morales, con vista del  fracaso de sus incursiones armadas planificadas desde su cuartel general en La Villa de Altagracia, ejecutadas por el capitán coriano Juan Ballesteros vencido al presentar batalla en el hato “Juana de Ávila” por el Coronel José Rafael de las Heras, muerto en este último combate; y el teniente coronel realista Lorenzo Morillo, que después de ser atacado por el coronel patriota Francisco María Farías en Las Misiones de la Cañada del Manglar, se refugia en Perijá; Morales inició nuevamente sus acciones con miras a reconquistar la provincia de Maracaibo, plegada a la causa independentista desde su pronunciamiento el 28 de Enero de 1821.

Favorecido Morales por el hecho de que las tropas republicanas se encontraban en su mayoría hacia el centro del país y después de vencer sorpresivamente en Dabajuro a la División de Occidente al mando del general Carlos Soublette, y al Batallón “Boyacá” comandado por el general Judas Tadeo Piñango; Morales, con un ejército desmoralizado por las deserciones, diezmado por las enfermedades y severamente afectado por los embates de las tropas del general José Antonio Páez se dirigió Morales hacia Puerto Cabello, donde se embarca una vez obtenidos suficientes pertrechos y hombres el 24 de Agosto de 1822 con rumbo a la Península de la Guajira, después que el mariscal Miguel de la Torre, se marcha a transferido a la isla de Puerto Rico, haciéndole del mando como Capitán General y Comandante del ejército realista en tierra firme venezolana.

Desembarco de Morales en las playas de Cojoro Guajira Venezolana.
Con un contingente de 1.500 soldados aproximadamente Morales desembarcó el día 29 en las arenosas costas de Cojoro, planificando una táctica de distracción que consistió en enviar sus buques hacia la barra simulando forzarla e introducirse al lago, mientras él con su ejército engrosado por un gran número de indígenas Wayuú reclutados se dirigía hacia la cercana Villa de San Bartolomé de Sinamaica, a cuya guarnición había llegado el 1ero de septiembre, tras obtenerse noticias de un posible desembarque de tropas españolas en la Guajira, el coronel patriota Francisco María Farías, quien ante la nulidad de los informes sobre los movimientos de las huestes invasoras resolvió inspeccionar personalmente la zona encontrando y combatiendo con algunas columnas de Morales, pero encontrándose en desventaja numérica de sus tropas se repliega tomando algunos prisioneros, pertrechos y el ganado, notificando el 3 de septiembre al general Lino de Clemente guarnecido en Maracaibo y para ese momento Intendente del Departamento Militar del Zulia; la superioridad del enemigo y su proximidad al río Limón, el cual, constituía para el jefe hispano Francisco Tomás Morales un gran obstáculo por vencer, debido a su regular caudal, corriente y profundidad lo hacían impracticable para el paso de tropas.

Por su parte, el coronel patriota Francisco María Farías al mando del escaso ejército republicano acantonado en la antes mencionada Villa de Sinamaica, dispuso la colocación de avanzadas en sus riberas con el objetivo de dar avisos oportunos sobre los movimientos del enemigo así como tiempo para que cuatro piraguas artilladas ocuparan posiciones en el estuario y en una acción conjunta impidiesen su avance hasta tanto llegaran tropas para enfrentar al jefe realista.

Coronel Carlos Luis Castelli.
Los informes de Farías desde Sinamaica alarmaron al general Lino de Clemente, ya que una vez sorteado el río Limón, Morales con su numeroso ejército seria una amenaza para toda la provincia. Dispone de forma inmediata el envío de los batallones “Occidente” y “Maracaibo” bajo las órdenes del coronel Carlos Luis Castelli, oficial valeroso, nativo de San Sebastiano Po, Turín (Italia), quien después de estudiar leyes estrechó la carrera de las armas ingresando a la guardia joven de Napoleón Bonaparte en la que fue distinguido por acciones heroicas, y que estando residenciado en Haití junto a un nutrido grupo de oficiales Italo-anglosajones decidió sumarse a la causa de nuestra emancipación, formando parte de la expedición que hacia las costas del oriente venezolano organizó nuestro Libertador Simón Bolívar en 1816, conocida como Expedición de Los Cayos siendo para la fecha del ataque del Mariscal de Campo español Francisco Tomás Morales el único de aquellos pocos extranjeros sobrevivientes.
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Es de notar las importantes relaciones y responsabilidades que Castelli a lo largo de su vida castrense desempeñó en nuestra región desde su campaña emancipadora hasta las postrimerías del gobierno de Los Monagas. Entre estas tenemos además de las acciones libradas en el paso de Zuleta, las ejecutadas en el puerto de Gibraltar como jefe de las acciones durante la batalla naval del Lago de Maracaibo al mando del Batallón “Caracas” y las que ejerció posteriormente como Comandante de las fortificaciones de la barra en 1824, Intendente interino del departamento del Zulia en sustitución del general Rafael Urdaneta en 1827 y seguidamente como administrador de la aduana de Maracaibo hasta 1828 cuando es designado gobernador y comandante de armas de la provincia de Coro.

Después de una dilatada ausencia regresó al Zulia en 1845 con el nombramiento de Jefe de Operaciones de la Plaza de Maracaibo hasta 1848, cuando bajo las órdenes del general Santiago Mariño emprende la campaña de pacificación de ésta provincia una vez que desconoció e insurgió en armas contra el gobierno del general José Tadeo Monagas, campaña cuyas acciones lo llevan tras una nueva y prolongada estadía en los caños del río Limón, que afectó severamente su estado de salud, en convertirse por nombramiento del general Mariño en gobernador y jefe de operaciones de esta provincia, una vez que logró imponerse y ser declarado “Triunfador y salvador de Maracaibo”, obteniendo además su ascenso a general de división y la más alta responsabilidad en el ministerio de Guerra y Marina.

Cañoneras del Coronel Francisco María Farias.
Continuando el tema del encuentro armado del Paso de Zuleta, el general Lino de Clemente instruye al coronel Carlos Luis Castelli para dirigirse a marchas forzadas hacia Puerto de Mono, camino por donde debería entrar el enemigo después de pasar el río Limón a través del Paso de Zuleta, lugar donde el rio Limón era menos profundo en su caudal  y angosto en sus riberas, allí se le enfrentaría junto con las avanzadas y las embarcaciones artilladas por Farías, las cuales debieron  iniciar las acciones de fuego para obstaculizar e impedir el paso de los realistas, pero contrariamente a lo esperado, desobedecen sus instrucciones y en vez de tomar posiciones en la ribera se colocaron a bordo de las embarcaciones artilladas las que después de haber lanzado algunos cañonazos sin hacer blanco efectivo sobre el enemigo procedieron a retirarse poco después hacia isla de Toas y la bahía del Tablazo, dejando abandonadas un puñado de piraguas que un traidor puso en manos de Morales, las cuales pese a su poco tamaño, fragilidad podían ser abordadas después de atravesar un buen espacio con el agua hasta el pecho desfilando por la margen del río, pasa a sus primeros hombres al otro margen, los que inmediatamente tomaron posiciones de combate para cubrir la operación de trasbordo fluvial del resto de la tropa que se llevó a efecto desde el mediodía del 3 de septiembre hasta el día siguiente.

Enterado de que tanto las avanzadas como las embarcaciones artilladas habían abandonado el río y que el enemigo lo estaba atravesando sin obstáculo, el coronel Carlos Luis Castelli consciente de la desventaja de sus tropas las que alcanzaban unos 500 soldados y del poco tiempo disponible para llevar a cabo alguna acción efectiva, emprendió de la forma más rápida posible su marcha hacia Puerto de Mono, al que llegó bajo una intensa lluvia en la madrugada del 4 de septiembre de 1822.

Abriéndose camino entre la espesa selva tropical el coronel Carlos Luis Castelli avanzó con sus hombres exhaustos por la intensa marcha, en medio de la oscuridad, la lluvia, la plaga y los tropiezos que ofrecía el terreno anegadizo y pantanoso de los densos manglares que circundaban el río Limón, y aunque tácticamente las únicas y mejores posiciones que debían tomar las tropas republicanas estaban lógicamente en la margen de aquel río, específicamente en su paso principal, el referido Paso de Zuleta, rodeado de Manglares como estaba, las que hacían imposible que Morales por su poca movilidad,  les derrotara aun siendo débil y corta la defensa, el coronel Castelli dió a sus hombres la orden de atacar al enemigo cuando apenas logre divisarlo, con la desventaja de ignorar las posiciones que a su vez los invasores habían tomado en la rivera los que para la hora de su llegada eran superiores numéricamente.
Sitio del Paso de Zuleta en las riberas del Río Limón.
Se entabla entonces una sangrienta contienda el el susodicho Paso de Zuleta entre las riberas del rio Limón, en la que patriotas y realistas se enfrenta en una lucha cuerpo a cuerpo y en un intenso fuego cruzado mientras estos últimos aún cruzaban el río Limón, originándose en medio del caos, el forcejeo y las interminables detonaciones de ambos bandos la muerte del coronel realista Tomás García, cuya pérdida afectó profundamente la moral de sus compañeros.

En un primer momento y en medio de una gran confusión el coronel Carlos Luis Castelli con sus tropas hizo retroceder al enemigo y reducirlo a los manglares, pero Morales con fuerzas superiores en número, animadas con una victoria, prestas en el caso de morir o vencer y además conducidas por un gran número de bravos oficiales logró imponerse haciendo desistir al jefe patriota que carente de municiones debió retirarse a las dos horas de presentar batalla e iniciarse el intenso tiroteo.

Pese a la derrota, el coronel Carlos Luis Castelli, se retira con sus tropas sobrevivientes a “Salina Rica”, sitio ubicado entre El Moján y Maracaibo, donde con refuerzos de las pocas tropas del general Lino de Clemente, intentan junto a éste impedir el avance de la marcha de Morales y sus realistas, pero tras el fracaso de sus acciones en “El Paso de Zuleta” la ocupación del invasor era ya un hecho inevitable.

Castillo de San Carlos de la Barra de Maracaibo.
Castelli junto al general Lino de Clemente marchan a la población de Moporo y Morales finalmente ocupa Maracaibo el 7 de septiembre de 1822, a merced de las huestes realistas, Maracaibo vive un doloroso periodo de terror, por la instauración de la pena de muerte, por persecuciones, torturas, la deportación de familias enteras, la confiscación de sus bienes y una guerra psicológica emprendida a través del “El Posta Español” publicación realista cuyas páginas narraban de una forma atróz las supuestas derrotas del ejército patriota en el sur y la calidad rapiñera de las mismas, quebrantando así toda esperanza en los patriotas Marabinos;  dos días después de la toma de Maracaibo, rinden la fortaleza de San Carlos de la Barra, entregada sin la más mínima resistencia por su comandante Natividad Villasmil.

Batalla de Salina Rica.

Combate desarrollado en plena salina, un poco
mas lejos del Caño de Cabeza de Toro.
Cuatro meses después de la batalla de Juana de Ávila, se dio otro encuentro armado entre patriotas y realistas en el sitio denominado Salina Rica, el 7 de septiembre de 1822. Morales, ahora engreído con los títulos de la máxima autoridad española, seguirá en su empeño de tomar a Maracaibo. en un audaz movimiento militar, invadirá por la Guajira y logrará su objetivo venciendo a los patriotas en la batalla de Salina Rica (un poco más o menos a la altura del sector Cabeza de Toro al norte de Maracaibo) y toma por la fuerza a Maracaibo. Sin embargo, los patriotas vencerán a los realistas en la Batalla Naval del Lago, y será el mismísimo Morales quién tendrá la amarga responsabilidad de firmar la Capitulación el 3 de Agosto de 1823, quedando la Patria libre para siempre.

La derrota en Carabobo, el 24 de junio de 1821, diezmó las fuerzas realistas, quedando reducidos a las plazas fuertes de Cumana y Puerto Cabello, la primera cayo rápidamente pero desde la segunda, considerando las fortalezas que circundan la ciudad de Puerto Cabello allí los realistas se hicieron fuertes y Francisco Tomás Morales zarpo dos veces a intentar tomar la ciudad de Maracaibo. La primera fue derrotado en Juana de Ávila y el segundo intento comienza el 24 de agosto de 1822, en un audaz movimiento militar invadirá por la Guajira, Morales con 1.200 hombres desembarca en  Cojoro, recluta todos los hombres de la región que pudo (nativos wayuu) y avanza sobre Maracaibo. El  2 de septiembre toma Sinamaica y el día 7 se enfrenta con el intendente del Zulia Lino de Clemente en el lugar llamado Salina Rica (un poco más o menos a la altura del sector Cabeza de Toro al norte de Maracaibo) venciendo a los patriotas quedando el paso libre a Maracaibo.

Batalla de Garabuya.

Mapa de 1829.
Al enterarse de esto el general Mariano Montilla manda una fuerza expedicionaria de mil infantes y 300 jinetes del ejercito patriota, desde la ciudad fortaleza de Cartagena de Indias  para recuperar Maracaibo desde Rio Hacha, al mando del Coronel Catalán José Sardá, pero fueron sorprendidos y vencidos en la Batalla de Garabuya, sitio en las inmediaciones de las riberas del rio Socuy, el 13 de noviembre de 1822, por tropas realistas al mando del mismísimo Morales, en un encuentro armado que le asegura a los realistas el control del occidente venezolano pues luego dominan la ciudad de Coro, y para mediados de Diciembre de 1822 las poblaciones de Gibraltar, Betijoque y la ciudad de Trujillo, así las cosas queda preparado el teatro de operaciones de la futura batalla naval del lago de Maracaibo.


Bibliografia consultada.
Pablo Nigal Palmar Paz. Cronista del Municipio Almirante Padilla. (Discurso ante la Academia de Historia del Zulia).
Vinicio Nava Urribarí. Batalla de Juana de Avila (Versión para imprimir, Web).
Batallas de Venezuela 1810-1824, Edgar Estévez González, Los Libros de El Nacional, editorial CEC, S.A.
Enciclopedia Wikipedia. 

José Luis Reyes Montiel.





viernes, 12 de julio de 2013

Ana María Campos.

Ana María de Campos y Cubillán de Fuentes  02/04/1796 - 17/10/1828, mejor conocida como Ana María Campos, natural de  La Villa Procera y levítica del Zulia, fue fundada el 8 de septiembre de 1529 como Villa de Altagracia por el alemán Ambrosio Alfinger, según lo declara oficialmente la academia de la Historia del Estado Zulia.

Hoy Los Puertos de Altagracia, en la costa oriental del Lago de Maracaibo, ubicada un poco más al norte que la ciudad de Maracaibo, durante la colonia muy pronto fue sitio de paso de viajeros, por lo cual su situación seguramente permitió a los habitantes de la Villa de Altagracia conocer diversos personajes y enterarse más pronto que en otros lugares de acontecimientos del antiguo y del nuevo mundo –como la situación de España por las pretensiones de Bonaparte, la independencia de Estados Unidos de Norte América, la revolución francesa, la lucha e independencia de Haití y los levantamientos ocurridos en Nueva Granada y Venezuela; igualmente facilitó el acceso a algunos periódicos y documentos, entre ellos los Derechos del Hombre y del Ciudadano, los cuales habían sido traducidos por el neogranadino Antonio Nariño, quien estuvo allí de paso hacia 1797, fugado de la prisión española a donde había sido confinado por sus actividades subversivas y de paso para Santa Fé de Bogotá.

Escudo Heráldico de la ciudad de Maracaibo, 
otorgado por el Rey de España Felipe IV 
como símbolo de honor y señorío 
por real cédula del 20 de junio de 1634
El texto "muy noble y leal"  
es el título otorgado a la ciudad de Maracaibo 
el 21 de marzo de 1813 por la Corte General 
y Extraordinaria de España en virtud de que la ciudad 
no se adhirió al movimiento independentista de 1810
en 1965, indican el año de su readaptación 
(hoy Alcladía del Municipio Maracaibo).
Los antecedentes de la lucha republicana en estas tierras de occidente, aprovechando el aislamiento geográfico de la región central de Venezuela y la disidencia republicana de los marabinos en favor de la corona española, ya lo refleja su escudo de armas del Cabildo “como muy noble y leal” respecto a las autoridades españolas, Maracaibo se convierte en pieza clave del sistema logístico de las fuerzas españolas con el apoyo de La Habana y San Juan de Puerto Rico. Es posible que el pueblo llano estuviera en franca y desafiante creencia en la libertad de Venezuela, esperando para actuar pero con escasas sublevaciones, además del intento de Francisco Javier Pirela y el levantamiento de la Escuela de Cristo, en la cual participaba el hermano de Ana María Campos.

Hija de don Domingo José de Campos y Perozo de Cervantes y doña María Ana Cubillán de Fuentes y Vera, partidaria desde muchacha de las ideas libertarias en contra la monarquía española, de familia aristocrática de la región zuliana, muy a pesar de poseer Ana María una educación tradicional de su época, donde las mujeres de clase se dedicaban a las labores de esposa, madre y a la iglesia, la heroína zuliana se destacó en los altos círculos sociales, Ana María, sin embargo era de un firme espíritu revolucionario de los escritos y pensamientos liberales del llamado ‘Siglo de las Luces’, militante de los principios de la igualdad, libertad y fraternidad que la inspirarían a resistir el contragolpe realista de los años 1821-1823. Durante la ocupación realista del Lago de Maracaibo  por el temido Mariscal de Campo Español, Francisco Tomás Morales, quien al oír de sus actividades revolucionarias la mandaría a detener en el año 1822. Ana María fue acusada de haber organizado numerosas reuniones clandestinas de carácter republicano, y de habérsela oído decir durante una de ellas, "Si Morales no capitula, monda" – monda- que en el dialecto castizo marabino quiere decir: …se cansa en su afán, en su empeño… -Si no se rinde, se quedará cansado en su afán- Ese era el mensaje de la prócer zuliana Ana María Campos.

Conducida ante Morales e interrogada personalmente por el oficial Español, Campos le confiesa haber sido la autora de dicha afirmación, que ya se había convertido en dicho popular muy repetido por las calles de Maracaibo, y al negarse a presentar disculpas estas fueron sus palabras:

«He dicho, señor, que dada la justicia de los patriotas americanos, los poderosos recursos con que cuentan, la actitud imponente del intrépido Padilla y el cerco de acero que por doquier os amenaza, si Usía no capitula, monda… los patriotas son ya vencedores en toda Venezuela y dentro de muy poco lo serán en Maracaibo, por agua y por tierra».

Morales la condena a ser flagelada públicamente siendo conducida descamisada por las calles de Maracaibo a espaldas de un burro - en vez de a caballo, como señal de oprobio. Este suplicio fue acompañado por los latigazos del verdugo Valentín Aguirre, quien después de cada azote le preguntaba si quería disculparse a Morales, a lo que la valerosa altagraciana respondía en alto, “Morales, si no capitula, monda”, vapuleada públicamente y semidesnuda por las calles de Maracaibo, el 18 de junio de 1823, seguida por un par de soldados españoles, hasta que cayó exánime y fue conducida a prisión; según la costumbre de la época, estos castigos eran públicos, para que cumplieran su papel de escarmiento o de lección ejemplarizante, que atemorizara a potenciales seguidores.

La costumbre de las autoridades de la monarquía española de aplicar latigazos, estaba destinada a las mujeres, para los hombres estaba reservada la ejecución sumaria sin juicio, y la no menos tormentosa y convincente desmembración y fritura de cabeza en aceite, para evitar el riesgo de una nueva propagación de las ideas libertarias.

Ana María soportó el martirio bravamente, lamentablemente el deterioro ocasionado a su cuerpo le costó la vida, muere a sus treinta y dos años de edad, no sin antes contemplar la victoriosa Batalla Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823,  la cual selló la independencia de la Provincia de Maracaibo y que obligó a Morales a la capitulación, colmando sus aspiraciones de libertad de su terruño.


José Luis Reyes Montiel.


Bibliografía consultada,
  • Langue, Frédérique (2000). ARISTOCRÁTAS, HONOR, Y SUBVERSIÓN EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XVIII. Caracas: Academia Nacional de la Historia. Wikipedia, Enciclopedia Libre.
  • Nagel von Jess, Kurt (1969). ALGUNAS FAMILIAS MARACAIBERAS. Maracaibo: La Universidad del Zulia. Wikipedia, Enciclopedia Libre.
  • Oldenburg, Christian (1970) La Villa Altagraciana y su comarca. Distrito Miranda, estado Zulia, República de Venezuela. Diversa relación correspondiente a 470 años, desde 1499 hasta 1969.
  • Martínez, María de Jesús “Jesusita” (1970-1976). SUS CHARLAS DE HISTORIA, CUENTOS y TRADICIONES DEL ZULIA. Maracaibo: Colegio San Vicente de Paúl.